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lunes, 17 de noviembre de 2008

La Historia de la Quincena.- Crecer sobre Raices Propias

Un hombre construyo una casa...la embellecio con un jardin. Planto un roble en el fondo del patio y, en la pared de la casa, planto una hiedra. El roble, dia a dia echaba raices y fortalecia su tallo para convertirlo en un un tronco capaz de resistir vientos y tormentas. El roble crecia lentamente.


La hiedra, por su parte, comenzo a crecer velozmente. Todos los dias extendia sus tentaculos llenos de ventosas y se iba alzando adherida a la pared. --¿Como estas, amigo roble?.-pregunto la hiedra- --Bien, mi amiga,-contesto el roble-


--Eso dices porque nunca llegaste a mi altura. Desde aqui se ve todo distinto. Me da pena verte siempre en el fondo del patio. --No te burles, amiga. Recuerda que lo importante no es crecer de prisa sino con firmeza. El tiempo siguio su marcha. El roble crecia con su ritmo firme y lento. La hiedra seguia extendiendo sus tentaculos alrededor de la casa.


El tiempo siguio su marcha. El roble crecia con su ritmo firme y lento. La hiedra seguia extendiendo sus tentaculos alrededor de la casa. Una fuerte tormenta sacudio la casa y su jardin. El roble se aferro a sus raices para mantenerse erguido. La hiedra se agarro con sus ventosas a la pared para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.


Al amanecer, el propietario de la casa recorrio su jardin y vio que la hiedra se habia desprendido de la pared, y estaba enredada sobre si misma, en el suelo, al pie del roble. De inmediato arranco la hiedra. Mientras tanto el roble reflexionaba. Es mejor crecer sobre raices propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros.

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